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PROY-NOM-023-ASEA-2025: la nueva norma que cancela la NOM-005 y redefine el diseño y la operación de estaciones de servicio

Análisis regulatorio del aviso de consulta pública del PROY-NOM-023-ASEA-2025, que cancela la NOM-005-ASEA-2016 y redefine los criterios técnicos, documentales y de evaluación de la conformidad para estaciones de servicio de gasolinas y diésel.

PROY-NOM-023-ASEA-2025: la nueva norma que cancela la NOM-005 y redefine el diseño y la operación de estaciones de servicio

El aviso de consulta pública del Proyecto de Norma Oficial Mexicana PROY-NOM-023-ASEA-2025 marca un punto de inflexión para el expendio al público de gasolinas y diésel en México. No se trata de una actualización incremental ni de un ajuste menor a la NOM-005-ASEA-2016. La propuesta plantea la cancelación expresa de esa norma y su sustitución por un marco técnico más amplio, más detallado y con una lógica de fiscalización distinta, alineada a la experiencia acumulada de la ASEA en casi una década de supervisión.

La señal regulatoria es clara: el modelo normativo que regía el diseño, la construcción, la operación y el mantenimiento de estaciones de servicio deja de ser suficiente para la autoridad. El PROY-NOM-023-ASEA-2025 busca cerrar brechas técnicas, reforzar la trazabilidad documental y endurecer la evaluación de la conformidad por etapas, trasladando mayor carga de demostración al regulado.

Desde una perspectiva estructural, el cambio más relevante frente a la NOM-005-ASEA-2016 es el nivel de integración técnica exigido. La norma propuesta deja atrás un enfoque más fragmentado y avanza hacia una visión sistémica del proyecto de estación de servicio. El diseño y la construcción ya no se evalúan solo como obras físicas, sino como un conjunto de disciplinas interconectadas que deben documentarse y justificarse de manera integral. Civil, mecánica, eléctrica y sistemas de seguridad pasan a evaluarse como un todo coherente, no como expedientes aislados.

Otro giro de fondo está en la forma en que la autoridad concibe el riesgo. El PROY-NOM-023-ASEA-2025 incorpora de manera explícita la evaluación de escenarios e interacciones de riesgo dentro del análisis para el sector hidrocarburos. Esto implica que la estación deja de analizarse solo por componentes individuales y se examina por la forma en que esos componentes interactúan bajo condiciones normales y anómalas. En la práctica, esto anticipa revisiones más profundas y menos tolerancia a análisis genéricos.

Las nuevas obligaciones técnicas y documentales se perfilan como uno de los puntos de mayor impacto operativo. La integración de un Libro de proyecto con planos y memorias técnico-descriptivas por disciplina establece un estándar documental que muchas estaciones existentes no tienen plenamente consolidado. A ello se suma la exigencia de expedientes de integridad mecánica específicos para cada tanque y para las tuberías de conducción, así como criterios claros para evaluar la continuidad operativa una vez que vence el plazo del certificado de fabricación del tanque.

La Revisión de Seguridad de Pre-arranque adquiere un peso central. Ya no se plantea como un trámite más, sino como un filtro técnico clave previo a la entrada en operación, con requisitos definidos que deberán acreditarse ante la autoridad. En paralelo, el procedimiento de Evaluación de la Conformidad se detalla por etapas, desde el diseño hasta la operación y mantenimiento, lo que anticipa una fiscalización más secuencial y menos flexible.

El impacto no será homogéneo entre estaciones existentes y nuevas. Para los nuevos proyectos, el PROY-NOM-023-ASEA-2025 redefine desde el inicio las reglas del juego. Los desarrolladores deberán alinear ingeniería, selección de materiales, análisis de riesgo y documentación desde la etapa conceptual, porque cualquier desviación puede traducirse en retrasos o dictámenes negativos.

Para las estaciones en operación, el riesgo está en la transición normativa. La cancelación de la NOM-005-ASEA-2016 abre interrogantes sobre la forma en que la ASEA evaluará instalaciones existentes frente a los nuevos criterios. Aunque la consulta pública es apenas el primer paso, el mensaje implícito es que la autoridad espera una evolución progresiva hacia estándares más altos, particularmente en integridad mecánica, competencia laboral de supervisores y evidencia documental de operación y mantenimiento.

Este periodo de transición es, paradójicamente, el de mayor riesgo para los permisionarios. La experiencia regulatoria muestra que cuando una nueva norma entra en vigor, los criterios de inspección tienden a adelantarse a su aplicación formal. Las observaciones comienzan a alinearse con lo que viene, no solo con lo que está vigente. Por eso, ignorar el contenido del proyecto bajo el argumento de que aún no es obligatorio suele ser un error estratégico.

Hoy, operadores, desarrolladores y asesores regulatorios deberían revisar con lupa tres frentes. El primero es la solidez de su documentación técnica y su coherencia entre disciplinas. El segundo es la condición real de tanques, tuberías e integridad mecánica, más allá de certificados históricos. El tercero es la preparación para un esquema de evaluación de la conformidad más exigente y menos tolerante a vacíos administrativos.

El PROY-NOM-023-ASEA-2025 no es solo una nueva norma en preparación. Es una señal temprana de cómo la ASEA planea fiscalizar el expendio de gasolinas y diésel en los próximos años: con mayor profundidad técnica, mayor carga probatoria y menor margen para interpretaciones laxas. Para quienes operan estaciones de servicio, entender este cambio hoy puede marcar la diferencia entre una adaptación ordenada y un problema regulatorio costoso mañana.

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