Dos ductos de Pemex se fracturan en Xicotepec tras lluvias torrenciales, causando explosión, incendio y derrame de hidrocarburos en la Sierra Norte de Puebla.
La madrugada de este viernes, la Sierra Norte de Puebla vivió una doble emergencia: el desbordamiento del río San Marcos y la explosión de dos ductos de Pemex, que provocaron un incendio visible a kilómetros y un derrame de hidrocarburos que amenaza con extenderse hacia comunidades cercanas.
El siniestro ocurrió tras más de 50 horas de lluvias continuas asociadas a la tormenta tropical Jerry, que fracturaron la infraestructura petrolera y arrastraron combustible hacia el cauce del río. Las llamas alcanzaron varios metros de altura, obligando a la evacuación de decenas de familias y al cierre de accesos en la zona. Autoridades estatales y federales desplegaron brigadas de Protección Civil, Ejército y Guardia Nacional para contener el fuego, acordonar el área y activar protocolos de emergencia ambiental.
Pemex confirmó que los ductos transportaban gasolina y crudo, y que se ejecutaron maniobras para cerrar válvulas y evitar nuevas fugas. El riesgo no se limita al incendio: especialistas advierten que el derrame podría impactar cuerpos de agua y suelos agrícolas, afectando la biodiversidad y la salud pública si no se logra contener a tiempo.
La petrolera trabaja en coordinación con autoridades locales para instalar barreras oleofílicas y recuperar el hidrocarburo, mientras se evalúa el alcance del daño y se refuerzan medidas preventivas ante lluvias persistentes. El incidente reaviva el debate sobre la vulnerabilidad de la infraestructura energética frente a fenómenos extremos y la urgencia de invertir en mantenimiento, monitoreo digital y planes de contingencia más robustos.
Por ahora, la prioridad es garantizar la seguridad de la población y mitigar el impacto ambiental, en una región donde la intersección entre riesgos climáticos y operativos exige respuestas rápidas y sostenibles.
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