El almacenamiento con baterías de ion litio se convierte en requisito para integrar renovables y garantizar estabilidad en el sistema eléctrico mexicano.
México vive un punto de inflexión en su matriz energética: la intermitencia de la generación solar y eólica ya no se resuelve solo con planeación, sino con almacenamiento masivo. Las baterías, antes vistas como un lujo, se convierten en requisito técnico y regulatorio para proyectos que buscan viabilidad operativa y competitividad en el mercado eléctrico.
La expansión de renovables enfrenta dos retos críticos: congestión en transmisión y falta de respaldo en horas pico. Las baterías de ion litio permiten:
Con eficiencias superiores al 90% y software predictivo, estas soluciones no solo estabilizan la red, sino que maximizan el valor de cada megavatio renovable.
Empresas como Quartux lideran la integración de almacenamiento con más de 300 MWh instalados y planes para superar 1,000 MWh hacia 2026, respaldados por fondos especializados en infraestructura energética. La estrategia incluye:
El financiamiento fluye: acuerdos por 50 millones de dólares y una cartera de 500 millones lista para despliegue, con 150 proyectos en marcha.
Aunque la política energética reconoce la importancia del almacenamiento, persisten vacíos normativos sobre requisitos mínimos y estímulos para integrar baterías desde el diseño. La próxima convocatoria de la SENER podría marcar un cambio, priorizando permisos para proyectos que incluyan almacenamiento. Esta medida no solo aceleraría la transición, sino que alinearía a México con tendencias globales.
El despliegue de baterías genera beneficios más allá del sistema eléctrico:
La innovación también avanza: software de optimización, integración con IA y modelos predictivos que permiten operar baterías como activos estratégicos, no solo como respaldo.
Todos los campos son obligatorios *